Los frailes franciscanos conventuales llegaron por primera vez a los Estados Unidos en 1852 para servir a los inmigrantes de habla alemana en Galveston, Texas. Desde allí, los frailes emigraron al Medio Oeste y regresaron a la costa este. Para 1872, el número de frailes y la cantidad de actividad en los EE. UU. creció hasta el punto en que se estableció una Provincia, llamada así por la Inmaculada Concepción y con sede en Nueva York. Con el tiempo, se formaron otras provincias en todo el país.

En 1926, se formó la Provincia de Nuestra Señora de la Consolación para servir en el Medio Oeste. Tiene su centro en Mount St. Francis, ubicado en las colinas del sur de Indiana al otro lado del río Ohio desde Louisville, Kentucky. Debido a que los frailes en Ohio habían sido guardianes y ministros en el Santuario de Nuestra Señora de la Consolación en Carey, Ohio desde 1912, se eligió el nombre de Nuestra Señora de la Consolación para nuestra provincia.

Hoy nuestra Provincia tiene 99 frailes sirviendo en áreas desde el Alto Medio Oeste hasta el desierto del Suroeste.

En 2012, el Santuario de Nuestra Señora de la Consolación celebró su centenario de la mayordomía de la Basílica y el Santuario parroquial por parte de los Frailes Conventuales.

¿Qué significa cuando alguien tiene las iniciales “OFM, Conv.” después de su nombre?

La Orden de los Frailes Menores Conventuales es una de las tres ramas de la “primera orden” de la familia franciscana fundada por San Francisco de Asís a principios del siglo XIII. Es posible que también hayas visto las iniciales OFM (también del siglo XIII) y OFM, Cap (siglo XVI). Esas son las designaciones de los otros dos.

Si bien compartimos muchas cosas en común (nuestros votos, vidas de servicio, nuestro compromiso con los pobres), somos distintos en formas significativas.

El padre Maurice Hayes disfruta conocer al miembro más joven de la iglesia

Los seguidores conventuales de San Francisco optaron por ministrar en el corazón de la ciudad en lugar de en ermitas remotas; se unieron en comunidades concentradas en lugar de deambular como predicadores itinerantes. De ahí el sufijo Conventual, derivado del latín convenire, “unirse”.

(Franciscanos Conventuales, Melnick y Wood, 1996)

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