¡Clare no era una violeta que se encoge! Sin embargo, se llamó a sí misma “la plantita de Francisco”. En 1212, cuando apenas tenía unos diecinueve años, escapó de su hogar por “la puerta de los muertos”. Fue en ese momento, con la bendición del obispo y la ayuda de su tía, que fue a Francisco para unirse a él y a sus “hermanos menores”.