por Fray Mario Serrano
El lunes 9 de julio de 2018, en la capilla de St. Bonaventure Friary, Chicago, Illinois, ocho hombres se reunieron ante una réplica de la Cruz de San Damián para comenzar su formación inicial con los franciscanos conventuales.
Cristo le habló a Francisco a través de la Cruz de San Damián original hace más de 800 años: “Ve y reconstruye mi Iglesia…” Aceptar ese desafío fue el primer paso de Francisco en su viaje de vivir la vida del Evangelio con sus hermanos.
Estos nuevos postulantes escucharon estas palabras de los frailes que se reunieron con ellos en la capilla: “Queridos hermanos, ¿qué nos pedís?” Al unísono respondieron, “…Te pedimos que nos enseñes a seguir a Cristo Crucificado en las huellas de San Francisco de Asís ya vivir en pobreza, castidad y obediencia. Enséñanos a perseverar en la oración y la penitencia… Guía nuestros pasos en la búsqueda de la santidad a través de la Regla y la Vida, el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo”.
Luego, a cada uno se le entregó un Crucifijo de San Damián, la cruz que inició el llamado de San Francisco para reconstruir la Iglesia, y recibió un abrazo de bienvenida.
Por favor, oren por estos hombres mientras continúan permitiendo que el Espíritu de Dios los guíe para reconstruir la Iglesia. Y que la misericordia de Cristo los lleve a encontrar, abrazar y acompañar a los leprosos de hoy.
¿El Espíritu Santo te está llamando a abrazar tu llamado?