El Papa Francisco comenzó el día con una Misa Crismal durante la cual él y los sacerdotes renovaron los votos que tomaron al ordenarse y bendijo los aceites que se utilizarán en la administración de los sacramentos durante el año. Por la tarde el Papa se desplazó a un Centro de Atención donde lavó los pies a 12 enfermos y discapacitados, en conmemoración de la humildad de Jesús hacia los apóstoles en la Última Cena. Los 12 tenían entre 16 y 86 años e incluían cuatro mujeres y un hombre musulmán de 75 años que sufrieron daño cerebral severo a causa de un accidente. El Papa Francisco nos recordó que necesitamos ser siervos de otro.
“Recuerda que cuando dejes esta tierra, no podrás llevarte nada de lo que hayas recibido, solo lo que hayas dado”.
San Francisco de Asís
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