
Queridos amigos,
¡Saludos de parte de los frailes de la Provincia de Nuestra Señora de Consolación!
Jesús era un misionero. Encargó a la Iglesia que continuara la misión que le había encomendado el Padre y fortaleció a la Iglesia con su Espíritu Santo. Ella continúa la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo proclamando hasta los confines de la tierra la salvación que Cristo ofrece a quienes creen en él.
Como Cuerpo de Cristo, somos una iglesia misionera. La misión de la Iglesia es proclamar la salvación de Cristo hasta los confines de la tierra. San Francisco de Asís tomó en serio el llamado de Jesús desde la Cruz de San Damián: “Francisco, reconstruye mi iglesia…”
Francisco y sus frailes se involucraron en el trabajo misionero intercultural desde el principio de su historia. En 1219, su sueño de predicar el Evangelio a los musulmanes se hizo realidad cuando, durante una de las Cruzadas, cruzó las líneas enemigas para encontrarse con el sultán Malik al-Kamil, con quien oró y entabló un diálogo.
El Papa Francisco nos llama una “iglesia misionera” con estas palabras: “Todo cristiano está llamado a ser misionero y testigo de Cristo. Y la Iglesia, comunidad de los discípulos de Cristo, no tiene otra misión que la de llevar el Evangelio al mundo entero dando testimonio de Cristo. Evangelizar es la identidad misma de la Iglesia”.
Queridos amigos, únanse a nosotros en nuestras actividades misioneras de proclamar la Buena Nueva de Jesús a nuestro mundo dividido con sus oraciones. ¡Gracias!
“[Que] el Señor os bendiga y os guarde. Que Él te muestre su rostro y tenga misericordia. Que Él vuelva hacia vosotros Su rostro y os dé paz. ¡El Señor os bendiga!” (Bendición de San Francisco al Hermano León)
Sinceramente en Cristo y San Francisco,
Padre John Elmer OFM Conv.
Director Espiritual